País: Estados Unidos
Año: 1932
Dirección: Tod Browning
Idioma: Inglés con subtítulos en español
Tamaño: 1 GB
Sinopsis:
En el año 1932 se estrenó en los cines una extraordinaria película: ‘Freaks, la parada de los monstruos’. El revuelo que causó —gritos, desmayos, amagos de abortos— hizo que a los pocos días fuera retirada de la circulación e incluso se llegó a decir que los negativos se arrojaron a la bahía de San Francisco para que nadie volviera a ver jamás un espectáculo tan aberrante. Por fortuna no fue así, pero hubo que esperar a la década de los 60 para que el film tuviera una exhibición medianamente normal. Lo cierto es que esta absoluta e irrepetible Obra Maestra es cualquier cosa menos normal.
Antes de ser cineasta, Tod Browning trabajó en los circos más famosos del mundo, como el de los “Ringling Brothers”. Allí realizaba un macabro número conocido como “el cadáver viviente”. De este oficio singular le vino su interés por los temas escabrosos y/o terroríficos. Así que, ya instalado en la industria, decidió verter sus experiencias en la película que nos ocupa. Recordemos al lector que los circos de principios del siglo pasado nada tienen que ver con el postmodernismo teatral y el ballet intelectual que conocemos ahora con propuestas como el Circo del Sol y demás espectáculos para minorías elitistas. No. El circo de antes era un teatro de la crueldad donde se exhibían todas las malformaciones del ser humano como si de magia negra se tratara: el hombre elefante, la mujer barbuda, enanos, retrasados mentales, mutilados… no había piedad. La corrección política era una entelequia, y de lo que se trataba era de sobrecoger al espectador mediante la exhibición de atrocidades —J. G. Ballard no está lejos—. Pues bien, nuestro hombre se trajo a una troupe de verdaderos fenómenos de la naturaleza, algunos de ellos viejos camaradas. El resultado fue que dimitió la mitad del equipo de rodaje, horrorizado al ver la clase de película en la que iban a trabajar. La polémica se instaló incluso antes del estreno.
Pero la película es mucho más que un muestrario de freaks, palabra, por cierto, que se acuñó gracias a esta película. Los tan temidos monstruos no producen miedo, al contrario, se ganan desde el principio las simpatías del público, superado el primer estupor. Para el papel de malos de la película, el director se reserva a unas criaturas inhumanas y perversas: los seres humanos. Al otorgar el papel de villanos a los galanes prototípicos de las películas de la época —en este caso, el forzudo del circo y Cleopatra, la reina de las acrobacias—, Tod Browning da un giro radical al planteamiento habitual y subvierte las expectativas del espectador sugiriendo una idea mucho más oscura: los monstruos más horribles somos nosotros. La perversidad de la pareja protagonista, que va envenenando lentamente al pequeño enano Hans para quedarse con su herencia es de una crueldad extrema, y se comportan como los ogros de los cuentos de hadas, dando así una vuelta de tuerca a la historia de Hansel y Gretel. (F)
PELICULA MEGA:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario