lunes, 14 de noviembre de 2016

La Muerte del Gigante Pan-Ku y el Origen de la Vida

Representación del demiurgo de la mitología china Pan-Ku, según el Sancai Tuhui (c. 1600).

Este antiguo relato de la mitología china narra la creación y el comienzo de la vida. El protagonista es el gigante Pan-Ku, hijo de las fuerzas divinas del Yin y el Yang, quien, tras esperar mucho tiempo en un huevo, engendra la vida de nuestro cosmos a partir de sí mismo. El texto fue extraído de la antología "Cuentos Populares de la Madre Muerte" (ed. Siruela, 2011), adaptado por Ana Cristina Herreros.

La Muerte del Gigante Pan-Ku y el Origen de la Vida
(Mito Chino)

Al principio sólo existía el Caos encerrado en un enorme huevo negro. Dentro de este huevo estaban las fuerzas femeninas, oscuras y frías, del Yin, y las masculinas, claras y calientes, del Yang. Y estas fuerzas crearon a Pan-Ku, una especie de gigante peludo que dormía dentro del huevo negro. Pan-Ku durmió durante 18.000 años hasta que un día despertó, y al estirarse, lo rompió. De los trozos que quedaron del huevo, la parte oscura y pesada se quedó abajo y formó la tierra, y la parte ligera y clara flotó y allá arriba formó el cielo. Pan-Ku se quedó en el medio, otros 18.000 años, para impedir que las dos partes se unieran. Se decía que cuando estaba contento brillaba el sol, y que cuando estaba enfadado todo se nublaba.

     Pero la tierra y el cielo comenzaron a crecer, y crecieron tanto que Pan-Ku no podía casi mantenerlos separados, tanta fuerza hacía para que no se juntasen que se agotó y de vejez murió. De cada parte de su cuerpo nació todo lo que ahora forma parte de nuestro mundo: su cuerpo y sus miembros se convirtieron en montañas, su aliento se transformó en el viento y las nubes, su voz en el trueno, un ojo se transformó en el Sol y el otro en la Luna. Sus músculos se transformaron en los campos de labranza, sus lágrimas en los ríos y mares, su sangre formó el agua, y sus venas, los caminos. Las estrellas, las formaron su pelo y su barba, y la vegetación salió de su piel. Su médula se transformó en jade y en perlas. Su sudor se transformó en la fina lluvia y el rocío. Los seres vivos, entre ellos los seres humanos, nacieron de las pulgas y piojos del gigante Pan-Ku. Y así la muerte de un gigante hizo posible la vida. 

Representación en cerámica del gigante Pan-Ku encerrado en el huevo negro primordial.

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